La Navidad y el Síndrome de la Silla Vacía
Con la llegada de la Navidad, las calles se iluminan llenándose de luces y sentimiento navideño por parte de mucha gente, así como se ultiman compras para poder llenar la mesa en los días clave; Nochebuena y Nochevieja.
Estas fechas se caracterizan por ser, para muchísimas familias, el único momento del año en el que se reúne toda la familia celebrando y festejando la vida y el sentimiento de unión familiar, cortando con la distancia que les impide verse y disfrutar de la compañía de sus seres queridos durante los demás meses del año.
Por desgracia hay otra gran parte de la población que no puede disfrutar tanto estas fechas debido al Síndrome de la Silla Vacía que provoca que estas fechas sean tan tristes y melancólicas para las personas que lo padecen.

¿Qué es el Síndrome de la Silla Vacía?
El nombre viene dado que, en tiempos o celebraciones anteriores, la silla que hoy está vacía antes estaba ocupada por un miembro muy querido dentro del grupo familiar o del círculo de amistades, y causas como un acontecimiento doloroso o cualquier otro motivo impidieron poder seguir contando con su presencia en celebraciones futuras.
Algunos de estos sucesos pueden englobar desde pérdidas debido al fallecimiento de seres queridos, hasta una ruptura o por estar viviendo lejos, entre otras.
Este síndrome recoge todos los sentimientos que invaden a aquellas personas que han sufrido una pérdida significativa, ya sea cerca de estas fechas o sucedida hace años, pero que se incrementa el sentimiento de vacío, nostalgia o melancolía, especialmente en fechas tan señaladas como pueden ser los cumpleaños, aniversarios o la Navidad.
En el caso de las cenas navideñas que reúnen a las familias y en las que se rememoran recuerdos y anécdotas, siempre se espera estar rodeado de absolutamente todas las personas que nos han acompañado durante cada celebración, inclusive las Navidades. En el momento que ocurre cualquier suceso que impide que los miembros habituales acudan a dichos encuentros, se produce un sentimiento de soledad que invade a la mayor parte de los asistentes, evitando el disfrute en su totalidad. Se añora a esa persona deseando su presencia e incluso se puede llegar a sentir mucha culpa por estar celebrando y festejando las navidades sin poder beneficiarse de su presencia, llegando a sentir que se está traicionando y prescindiendo de la persona en cuestión.
¿Cómo manejar estas emociones?
Partiendo de la base de que aprender a llevar una situación trágica como es la pérdida de un ser querido es de las situaciones más difíciles que existen, tenemos que aprender a convivir con los mensajes tan idílicos y felices que nos transmite la Navidad.
Las personas que se encuentran en este estado sentimental como es el caso de el Síndrome de la Silla Vacía, acostumbran a sentirse presionados por situaciones externas que les obligan a tener que estar bien, cuando en realidad lo que necesitan es pasar su propio duelo atravesando de puntillas las celebraciones navideñas para evitar más sufrimientos añadidos.
El equipo de Logik Clinic os hemos preparado unos consejos para poder sobrellevar estas fiestas de la mejor manera posible, siempre pensando en vuestro autocuidado y priorizando una buena gestión emocional.
#1 CONTINUA CON TU RUTINA HABITUAL
A pesar de que esas ganas y esa felicidad que estaban presentes en el día a día se hayan difuminado, debes proseguir con la rutina y realizar todas las actividades que te han hecho feliz hasta el momento, aunque no provoquen la misma sensación de felicidad o satisfacción. Solo luchando por mantener una actitud activa conseguirás plantar cara al sentimiento que tanto te presiona a aislarte y podrás interactuar en las celebraciones pudiendo participar con los demás asistentes.
Una estrategia muy recomendable para poder silenciar la tristeza lo máximo posible es reubicar los asientos establecidos alrededor de la mesa, rompiendo con la tradición anual. De esta manera se eliminaran los espacios vacíos y no tendrás la opción de estancarte y/o bloquearte mirando “ese lugar” en el que solía estar dicha persona.
Del mismo modo que debes permitirte reír, sentir alegría y disfrutar de las fiestas sin tener que sentirte mal, el hecho de hacerlo no significa que no estés sufriendo o echando de menos a esa persona. Por mucho que te sientas mal, tu vida sigue y debes luchar por tu propia felicidad, porque esto también pasará…
#2 EXPRESA EL DOLOR
Uno de los factores imprescindibles para poder superar el dolor es compartir cómo te sientes, con quien tú decidas y con quien sabes que será un apoyo. No va a servir de nada aparentar y fingir que todo va bien, debemos rodearnos de personas vitamina y trabajar el duelo junto a los seres queridos, solo así se logrará normalizar el sentimiento de tristeza y podremos avanzar evitando permanecer en dicho estado anímico eternamente.
En el caso de tener hijos pequeños o personas mayores en la familia, si son conscientes de lo que está sucediendo, es muy recomendable incluirlos en el proceso ya que pueden estar echando en falta a esa persona, pero igual no disponen de conocimientos para poder gestionar la situación. Lo mejor es permanecer unidos y ser transparentes para evitar que oculten sentimientos o piensen que mostrarlos es sinónimo de ser débil.
#3 EVITAR SILENCIAR LA PÉRDIDA
En el caso de que la silla que hoy está vacía antes estaba ocupada por un familiar el cual falleció, es muy probable que toda la familia comparta los mismos sentimientos que tú, o parecidos, ya que es muy difícil olvidar a un ser tan querido y especial.
En este caso es recomendable mencionar la pérdida debido a que, si se hace de esta un tema tabú, lo único que se conseguirá será empeorar y agrandar el sentimiento negativo y angustiante. Es muy necesario hablar y recordar momentos bonitos junto a esa persona para que permanezca de manera bonita en la mente y el corazón de todos los miembros de la familia, además de dedicarle un brindis.
Si el sentimiento perdura y no disminuye con el paso del tiempo, es muy probable que sea el momento de pedir ayuda a personas especializadas para evitar que los sentimientos empeoren y que estos impidan que sigas con tu vida, anclándote al pasado y condenándote a sentir tristeza de por vida.